En Defensa Del Saqueo por Vicky Osterweil

13thOct. × ’20

Durante la gran parte de la historia de los Estados Unidos, una de las tácticas más justas contra la supremacía blanca ha sido el saqueo. 


Mientras las protestas en Ferguson continuaban una semana después de que Michael Brown, Jr. fuera asesinado en manos de policías, algunas zonas de Twitter y la prensa de izquierda, que predominantemente simpatizaban con los manifestantes, comenzaron a criticar airadamente a los saqueadores. Algunxs afirmaron que lxs manifestantes blancxs eran lxs responsables del saqueo y de la destrucción de propiedad; otrxs más bien se preocupaban por la representación estereotípica y perjudicial que surgiría en los medios de comunicación. También parece que habían tantxs manifestantes (si no más) en las calles de Ferguson esforzándose para evitar los saqueos como personas saqueando. Aunque no estoy de acuerdo con esta táctica [de parar el saqueo], entiendo que actuaron con cuidado por la lucha y quiero honrar todas las acciones valientes e inspiradoras que han transcurrido en las últimas semanas.

Algunxs políticxs de Ferguson, como el concejal Antonio French y los miembros del Nuevo Partido Pantera Negra, bloquearon el saqueo específicamente con el fin de mantener el liderazgo para ellxs mismos y desalentar a la resistencia, pero hay muchxs más que lo hacen por el compromiso de avanzar en una posición ética y políticamente ventajosa. Es en solidaridad con estxs últimxs manifestantes -junto con los que saquean- y contra los políticos y desescaladores de todas partes que ofrezco esta crítica, como una forma de vigorizar el debate entre los que participan en la lucha contra la opresión, en Ferguson y en cualquier otro lugar donde la policía perpetúa violentamente la supremacía blanca y el colonialismo de los colonos. Es decir, en cualquier lugar de [los Estados Unidos].

Los medios de comunicación dominantes son en sí mismos una herramienta de la supremacía blanca: repiten lo que la policía dice casi literalmente y sin crítica; incluso cuando la historia de la policía cambia más de nueve veces, como lo han hecho hasta ahora con el asesinato de Brown. Los medios de comunicación utilizan frases como “disparos involucrando oficiales de policía” y cambian a voz pasiva cuando unx negrx es disparado por un vigilante blancx o un oficial de policía (“hubo disparos”). Bajo la CLAIM de que “hay que escuchar ambos lados” los periodistas privilegian los informes ofuscados del Estado por encima de las voces claras y el testimonio de toda una comunidad, cuyos miembros fueron testigos del asesinato de un adolescente a sangre fría por parte de la policía. Los medios de comunicación son más respetuosos con lxs asesinxs en serie y lxs asesinxs de masas blancxs que con las víctimas de asesinato negras y desarmadas.

Incluso las personas que son críticas al respecto pueden verse atacadas por la percepción de los manifestantes por parte de los medios. Quieren corregir la afirmación de los medios de comunicación de que los manifestantes eran todos saqueadores por una buena razón: la idea de que lxs negrxs saqueen una tienda es una de las imágenes con mayor carga racial en el imaginario blanco. Cuando los manifestantes proclaman que “no todos los manifestantes eran saqueadores, de hecho, la mayoría de los saqueadores no eran parte de la protesta” o palabras en ese sentido, están tratando de luchar contra una historia terriblemente racista de la gente negra representada en la cultura americana como ladrones y asaltantes: precisamente la imagen que la policía de Ferguson trató de evocar para difamar a Michael Brown y justificar su asesinato a posteriori. Se puede comprender un tal posición como completamente justa y comprensible.

Sin embargo, al tratar de corregir esta imagen mediática- al hacer una fuerte división entre lxs Buenxs Manifestantes y lxs Malxs Alborotadores, o entre los practicantes de la no-violencia ética y los saqueadores supuestamente violentos— se reproduce la narrativa que criminaliza a la juventud negra. Ahora delinea ciertos tipos de jóvenes negrxs — aquellxs que saquean contra aquellxs que protestan. El efecto de este discurso es el establecimiento de una nueva, y permanente, categoría de criminalidad en los sujetos negros que producen un supuesto delito en el contexto de una protesta. Reproduce ideologías racistas y de supremacía blanca (incluyendo la táctica de dividir y conquistar), considerando a algunxs como indignxs de nuestra solidaridad y protección, marcándolxs, sutilmente, como objetivos legítimos de la violencia policial. Hoy en día, la policía, cuyo racismo frente al público es más cuidadoso, pero no menos virulento, argumenta que los “agitadores externos” participan en los disturbios y saqueosMientras tanto, la policía elogiará constantemente a los manifestantes “no-violentos” y afirmará que quiere mantener a esos manifestantes a salvo.

Paradójicamente, al intentar corregir la narrativa de los medios supremacistas blancos podemos terminar reproduciendo las mismas tácticas de la policía: diferenciar a los individuos que atacan la propiedad en las protestas; sin tomar en cuenta que si no fuera por esos individuos los medios de comunicación no prestarían ninguna atención. Si los manifestantes no hubieran saqueado e incendiado ese QuikTrip en el segundo día de protestas, ¿sería Ferguson un punto de atención mundial? Es imposible saberlo, pero la falta de cobertura mediática sobre las múltiples protestas no-violentas contra los asesinatos de la policía en todo el país parece indicar que no. Fue el saqueo de un Duane Reade después de una vigilia lo que atrajo la atención mundial al asesinato de Kimani Gray en la ciudad de Nueva York. Esta fórmula retorcida, de los propios medios, nos orilla a pensar que los disturbios y los saqueos son la alternativa más efectiva para atraer la atención a una causa.

Pero, por supuesto, el objetivo no es la atención de los medios dominantes, ni un tipo específico de atención mediática: independientemente de cuán pacífica o bien portada sea una protesta, los medios dominantes impulsarán los temas de discusión de la policía y la agenda del supremacismo blanco. El objetivo es la justicia. Aquí, tenemos que lidiar brevemente con el legado de la justicia social que es prominente en [los Estados Unidos]: el de la no-violencia y el movimiento de derechos civiles. Y eso significa corregir una narrativa mediática e histórica más omnipresente y totalizadora sobre el movimiento de los derechos civiles: que fue no-violento, que reclamó victorias significativas porque era no-violento, y que superó por completo la injusticia racial.

En los 400 años de historia bárbara, de supremacía blanca, colonial y genocida conocidos como los Estados Unidos, el movimiento de derechos civiles se destaca como un momento brillante, hermoso y efímero de esperanza y lucha. Todavía vivimos a la sombra de los líderes, la teoría y las imágenes que surgieron en esos años, y cualquier lucha en [los Estados Unidos] que pase por alto el trabajo (tanto filosófico como organizativo) producido en esos decenios lo hace a su propio riesgo. Sin embargo, ¿por qué se nos mete en la cabeza, desde la escuela primaria en adelante, en todos los espacios, tanto por presidentes, profesores y jefes de policía, que el movimiento de derechos civiles fue victorioso porque no fue violento? Probablemente deberíamos sospechar de cualquier narrativa que el establecimiento blanco entero considere de máxima importancia. 

El movimiento de derechos civiles no fue no-violento del todo. Algunos de sus activistas más valientes e inspiradores trabajaban en el marco de la no-violencia disciplinada. Muchos de sus activistas más valientes e inspiradores no lo hicieron. Llevó meses de campaña en gran parte no-violenta en Birmingham, Alabama, para obligar a JFK a dar su discurso pidiendo una ley de derechos civiles. Pero en el mes anterior a que lo hiciera, la campaña en Birmingham se había convertido decididamente no no-violenta.¹

Los manifestantes habían empezado a defenderse de la policía y  de Eugene “Bull” Conner, lanzando piedras y rompiendo ventanas. Robert Kennedy, temiendo que la atmósfera cada vez más alborotada de Birmingham se extendiera por Alabama y el Sur, convenció a John de que pronunciara el famoso discurso y comenzó a avanzar hacia la legislación de los derechos civiles.

Esto habría sido imposible sin los meses de valiente e incansable activismo no-violento que lo precedieron pero, a su vez, la emergente amenaza de disturbios fue lo que forzó la mano de JFK. Tanto Malcolm X como MLK tenían guardaespaldas armados. A lo largo de la era de los derechos civiles, las campañas masivas de desobediencia civil no-violenta fueron equiparadas con disturbios masivos. El más famoso de ellos fue la rebelión de Watts de 1965, pero ocurrió en docenas de ciudades en todo el país. Argumentar que el movimiento logró lo que logró a pesar de y no como resultado de la mezcla de acción violenta y no-violenta es, en el mejor de los casos, espurio. Y no olvidemos que Martin Luther King Jr., el hombre que encarnó la respetable voz no-violenta que la estructura del poder blanco afirma que escucharía hoy, fue asesinado por esa misma estructura del poder blanco de todos modos.

Aunque el movimiento de Derechos Civiles ganó muchas batallas, perdió la guerra. El encarcelamiento en masa, el hecho de que la riqueza negra y la desigualdad blanca-negra están en el mismo lugar en el cual estaban al comienzo de el movimiento de derechos civiles, que muchas ciudades Estadounidenses están más segregadas ahora que en los sesentas: no importa lo que digan los liberales, la justicia racial no se halcanzado, la supremacía blanca no se ha derribado, y el racismo no ha terminado. De hecho, el racismo anti-negrx permanece un principio organizativo fundamental de este país. Eso es por que este país esta construido en el derecho a la propiedad, y no hay propiedad ni riqueza en este país sin explotación, apropiación, homicidio, y esclavitud de la gente negra.

Como lo pone Raven Rakia, “En America, la propiedad es racial. Siempre lo ha sido.”  En efecto, la idea de la negrura fue inventada simultáneamente con concepciones Americanas de la propiedad: via la esclavitud. En los primeros días de America colonial, la esclavitud era mucho menos común que la servidumbre por contrato- aunque las diferencias entre las dos no siempre eran significantes- y había inmigrantes Irlandeses, Franceses, Alemanes, y Ingleses entre el poblado. Sin embargo, mientras habían existido y continuarían a existir negrxs libertxs, sobre el curso del siglo 17 los Europeos con piel blanca dejaron de ser sirvientes y esclavos. Esto se debe parcialmente a que la producción de las colonias explotó mucho más rápidamente que en lo que se podía formar un poblado cual pudiera formar para hacer el trabajo- ya sea por reproducción o inmigración voluntaria- y a causa el costo del labor contratado explotó. Hasta un Europeo pobre y desesperado se hizo más caro que un Africano comprado en el cada vez más racionalizado comercio de esclavos transatlántico.

La distinción entre negrx y blancx fue así forjada como una manera de distinguir quién se podía esclavizar y quién no. La definición más vieja de la negrura pudo haber sido “alguien que puede ser propiedad”. Alguien que organiza una multitud para violentamente liberar esclavos, entonces, sería seguramente consideradx un saqueador (si la palabra hubiera llegado a uso común en ese entonces, John Brown y Nat Turner hubieran sido difamados con ella). Esto no es para llegar a una absurda equivalencia ética entre liberar un esclavo y tomar una television en un alboroto. El punto, mas bien, es que por la mayoría de la historia de America, una de las tácticas Anti supremacista blanca disponible era el saqueo. El espectro de los esclavos liberándose a si mismos puede ser vista como la primer imagen de saqueadores negrxs en la historia Americana.

En Twitter, un hashtag ironico surgio, #saqueadoressospechados, cual estaba llena de imágenes de Europeos coloniales, dueños de esclavos, vaqueros y apropiadores de cultura blancxs. Similarmente, muchos han notado que, si Africa no se hubiera saqueado, ni siquiera hubiera gente negrx en America. Estas poderosas correcciones hacia los argumentos sobre el saqueo, y el punto retórico- que cuando la gente de color saquea una tienda, están tomando una minúscula proporción de lo que se las ha sido históricamente robado, de su historia ancestral y lenguaje hasta la seguridad básica de sus niños en las clles hoy- es absolutamente esencial. Pero solamente por el propósito de este argumento -porque estoy de acuerdo a todo corazón con los objetivos políticos de estas campañas – quiero reclamar que lo que hicieron los colonizadores blancxs y traficantes de esclavos no fue simplemente saqueo. 

Fue el genocidio, robo, y barbarismo del más bajo orden. Pero parte de como la esclavitud y el colonialismo funcionaban era introduciendo nuevos territorios y categorías en el ámbito de la propiedad. No solo le robaban la tierra a las gentes nativas, pero también produjeron un sistema bajo cual la tierra pudiera ser robada, poseída por decreto por fuerza de armas. No solo fueron los africanos robados de sus vidas, historia, cultura, y libertad pero también transformaron a la gente en propiedad y fuerzas de labor en un comodidad vendible. La esclavitud es la más barbárica y violenta forma de coerción de trabajo – pero como lo han mostrado los últimos 150 anos, puedes dominar a una gente entera por ley, violencia, y salarios muy bien. 

Recientemente circuló un video de un manifestante de Ferguson cual hablaba sobre el saqueo y el incendio de la tienda de QuikTrip. Replicaba la acusación que se tira hacia los manifestantes comúnmente: “La gente nos quiere decir que estamos destruyendo nuestras propias vecindades. Aquí a nosotrxs no nos pertenece nada!” Este es el fondo de la cuestión, y se podría decir que en la mayoría de las vecindades negrxs en América, cuales tienen una concentración de franquicias y restaurantes de comida rápida que en vecindades no-negras. El ingreso promedio por cápita en Ferguson, MO es menos de $21,000, y ese número seguramente baja si uno retira el 35% del poblado blanco de Ferguson de la ecuación. Como podría un residente de Ferguson común realmente decir que “es nuestro Quiktrip”? En efecto, aunque tal vez pases el rato dentro de ellas, como pudiera una tienda de cadena o restaurante corporativo honestamente ser parte de la vecindad de alguien? Lxs mismxs liberales blancxs cuales se desencadenan contra las corporaciones por destruir las comunidades locales están horrorizados cuando los alborotadores toman su crítica a su conclusion material actual. 

La desconcertante afirmación ideológica de que el saqueo es violento y no político es una cual a sido cuidadosamente producida por la clase dominante porque es precisamente el mantenimiento violento de la propiedad cual es ambo el basis y el fin de su poder. El saqueo es extremadamente peligroso para los ricos (y la mayoría de la gente blanca) porque revela, con una inmediatez, que la idea de la propiedad privada es solo eso: una idea, una tenua y contingente estructura de asentimientos, respaldada por la fuerza letal del estado. Cuando los alborotadores toman territorio y saquean, están revelando precisamente como, en un lugar sin la policía, las relaciones de propiedad pueden ser destruidas y se pueden tener las cosas por gratis. 

En un nivel menos abstracto hay un beneficio práctico y táctico para el saqueo. Cuando la gente se preocupa por el saqueo, se haya un sentido implícito de que el saqueador está actuando de manera egoísta, “de oportunista”, y en exceso. Pero que tiene de malo aprovechar una oportunidad para mejorar el bienestar, de hacerse la vida más fácil o más cómoda? O, como lo pone Hannah Black en Twitter: “la policía existe para que la gente no pueda saquear y tener cosas buenas por gratis así que no se porque es tan confuso que la gente saquee cuando haya manifestaciones contra la policía”. Solo si uno cree que tener cosas buenas gratuitamente es amoral, si unx cree, en corto, que el actual (supremacista-blanco, colonialista) régimen de propiedad es justo, se puede creer que el saqueo es amoral en si mismo. 

La gente blanca utiliza la idea del saqueo en una manera que implica que la gente de color es avariciosa y perezosa, pero es justo lo contrario: el saqueo es un acto peligroso que se gana con mucho esfuerzo y tiene consecuencias potencialmente terribles, y los saqueadores solo le roban los márgenes de lucro a los dueños ricos. Por tanto, esos dueños, especialmente si están a cargo de una cadena como QuikTrip, le roban 40 horas cada semana a miles de empleados que de retorno son otorgados el privilegio de no morir otros siete días.

La suposición de que el saqueador no esta compartiendo su tesoro es igual de racista y ideológica. Sabemos que las comunidades pobres y las comunidades de color practican la ayuda mutua y apoyo más que lo hacen las comunidades blancas – parcialmente porque lo tienen que hacer. La persona saqueando puede ser alguien que tiene que talonear todos los días para mantenerse, alguien que, al tomar algo de valor, puede permitirse pasar el resto de la semana manifestándose no-violentamente. Podrían estar alimentando a su familia, o a los ancianos de su comunidad que apenas sobreviven con Seguro Social y no pueden trabajar (o saquear) por si mismos. Ellxs podrían estar expropiando algo que se comprarían de cualquier manera – liquor por ejemplo- pero aun representa una manera material en la que los alborotes y manifestaciones ayudan a la comunidad: provediendo una manera para que la gente pueda resolver unos de los problemas inmediatos de la pobreza y creando un espacio para que la gente pueda reproducir sus vidas libremente en vez de hacerlo por un trabajo asalariado.

Las fuerzas de policía americanas modernas evolucionaron de las patrullas de esclavos fugitivos, trabajando literalmente para prevenir la propiedad de escapar de sus dueños. La historia de la policía en América es una historia de gente negra siendo violentamente prevenida de amenazar los derechos de propiedad de la gente blanca. Cuando, en medio de un movimiento de manifestaciones anti-policiacas, la gente saquea, no lo hacen no-políticamente, no están distrayendo del problema de la violencia y dominación policiaca, ni le están echando leña a las llamas de un discurso en los medios que siempre a sido racista. En vez, están llegando derecho al problema del corazón de la policía, propiedad, y supremacia blanca. 

Solidaridad con todos los rebeldes de Ferguson! Justicia para Mike Brown!


1 [Nota]: Utilizo la frase redundante “no no-violenta” a propósito. Para algunos ideólogos de la no-violencia romper ventanas, prender fuego a la basura o incluso construir barricadas en la calle es “violento”. Una vez vi a un grupo de adolescentes negrxs que cantaban “Fuck the police” y que un manifestante blancx les gritaba por “ser violentos”. Aunque hay más formas de violencia que meros golpes al cuerpo humano, no creo que una concepción de “violencia” que abarque tanto el lanzamiento de basura en la calle como el asesinato de Michael Brown sea útil. Frustrantemente, en situaciones de protesta la violencia tiende a definirse como “lo que sea que el policía o el practicante de la no-violencia más cercano diga que es”. Llamar el romper una ventana “violento” reproduce esta inútil definición y coloca todo el argumento dentro de la estructura retórica de la ideología de la no-violencia. No-violento, entonces, se convierte en el término más útil.

La traducción de este ensayo solo fue posible con la ayuda de muy buenos y queridos amigxs. Saludos y gracias a todos por su apoyo.

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